Crimen en Capotillo evidencia la persistencia de redes criminales desde cárceles dominicanas

Los asesinatos planificados desde las cárceles dominicanas siguen siendo una constante a pesar de múltiples anuncios oficiales para frenar esta práctica. El pasado 20 de septiembre, dos sicarios ultimaron a Edwin Antonio Berliza Sosa en el sector Capotillo, Distrito Nacional, en un hecho que, según las autoridades, fue ordenado desde la cárcel de San Pedro de Macorís.
El crimen fue coordinado por el recluso preventivo Wandy Javier Monegro Valdez (alias Winderson), quien cumple prisión por otro homicidio. De acuerdo con la Fiscalía del Distrito Nacional, Winderson utilizó una llamada de WhatsApp para instruir la entrega de un arma de fuego y 20,000 pesos destinados a ejecutar el asesinato.
Los fiscales aseguran que, tras la orden, Lander Balbuena (alias Landy) entregó la pistola y el dinero a Raúl Ernesto Montero García (alias Maicol), quien a su vez los pasó al prófugo Raúl Balbuena Doñé (alias Wilkin Maldad). Este último es señalado como el autor material de los disparos que acabaron con la vida de Berliza Sosa, acompañado por Elisson Eduardo Cruz Jiménez (alias Manolo).
Grabado en cámaras de seguridad
El asesinato quedó registrado en cámaras de videovigilancia y fue presenciado por testigos. Según la acusación, “Maldad” descendió de una motocicleta en la intersección de las calles Josefa Brea y Nicolás de Ovando, en Capotillo, y disparó dos veces contra Berliza Sosa. Tras la ejecución, los sicarios huyeron en motocicleta y un vehículo de apoyo.
La audiencia de medidas de coerción contra Montero García y Cruz Jiménez estaba pautada para este lunes, pero fue aplazada para el jueves a solicitud de la defensa. No se ofrecieron detalles adicionales sobre otros imputados vinculados.
Antecedentes de crímenes planificados desde prisión
Este hecho revive la preocupación por los asesinatos dirigidos desde cárceles, a pesar de los intentos por bloquear las comunicaciones en los recintos penitenciarios.
Entre los casos más notorios se recuerda el asesinato del abogado Santiago Reyes (Chaguito) en Santiago, en enero de 2024, y el atentado contra el expelotero David Ortiz en 2019, cuyo plan se atribuyó a internos de la cárcel de Azua.
Más recientemente, el recluso José Eduardo Ciprián Lebrón (alias Chuki), condenado por el caso David Ortiz, obtuvo libertad condicional en 2024, pero fue asesinado en septiembre de este año en un ataque que dejó tres muertos.
Bloqueo de señal: un plan inconcluso
Pese a que en enero de 2025 se anunció un plan piloto para bloquear las señales telefónicas en las cárceles, su alcance ha sido limitado. Según el presidente del Indotel, Guido Gómez, hasta ahora solo cinco centros penitenciarios han sido intervenidos: El Pinito (La Vega), Kilómetro 15 de Azua, Anamuya (Higüey) y Rafey (Santiago).
El caso Berliza Sosa vuelve a cuestionar la efectividad de esas medidas y la persistencia de redes criminales que operan con facilidad desde prisión.
Periodista en formación, Productor Audiovisual, Fotografo Profesional, Director de ElViaducto.NET y las Emisora ElViaductoFM y RadioJesucristo.com, Productor del Programa A Nivel Radio y Conductor.