Por Orlin Manuel
Mi profesión-LOCUTOR- la siguen relajando, y mi lamento es más latente porque esto lo hacen con la complicidad de las autoridades, que están para que la hagan respetar.
En nuestro país, República Dominicana, existe el reglamento número 824-bueno o mal, está vigente- que rige los espectáculos públicos y radiofonìa, que en uno de sus artículos señala que para ejercer la profesión de LOCUTOR se debe contar con autorización de la Comisión Nacional de Espectáculos Públicos y Radiofonía, luego de exámen, hecho por un jurado competente.
Hay quienes poseen esta autorización-carnet- de manera irregular. Quienes condujeron el espectáculo demostraron inmadurez, falta de formación académica, no manejan adecuadamente nuestro hermoso y rico idioma, que es lo esencial en un profesional de la palabra hablada. El buen LOCUTOR siempre debe esforzarse por elegir las palabras màs adecuadas para transmitir sus ideas.
Allí, en esa actividad, los «locutores» se preocuparon más por querer sobresalir uno del otro y de quien voceara más fuerte. En mi casa, mientras escuchabamos y observabamos, sufríamos, sufríamos, sobre todo quien escribe.
En cuanto al espectáculo en otras vertientes, fue una imitación casi total de lo que se hizo en la elección y coronación de las reinas, en el primer año administrativo encabezado por Miguel Guarocuya Cabral. Casi hicieron lo mismo y con el «derroche» de dinero que tanto criticaron a los anteriores.
Como parte de este importante sector de clase, el que deseo se desarroye cada día más, me siento insatisfecho y avergonzado-me hubiese gustado sentir orgullo- pero, NO. Deseo hacer la salvedad que nunca he sentido envidia por el éxito de los demás, al contrario, esta crítica es bien intencionada con el propósito único de que mi profesión adquiera el verdadero prestigio que desean los verdaderos profesionales de la locución. Con aprecio, Orlando Jerez, LOCUTOR autorizado por la Comición Nacional de Espectáculos Públicos y Radiofonía. CARNET: 3383.
Publicado Por:
Elvys Rodríguez