José Jerí intenta proyectar liderazgo y mano dura con operativos penitenciarios, mientras enfrenta denuncias, rechazo social y un país sumido en crisis política

Lima, Perú. – A pocos días de asumir como presidente interino del Perú, José Jerí intenta afianzarse en el poder con un discurso de “orden y seguridad”, inspirado claramente en el estilo del mandatario salvadoreño Nayib Bukele.
Entre sus primeras acciones, Jerí encabezó operativos simultáneos en los penales de Ancón y Castro Castro, presentándose con jeans, camisa blanca y mangas arremangadas, una imagen cuidadosamente construida para transmitir cercanía, control y autoridad. En las fotografías difundidas por la Presidencia se observan a los reclusos en el suelo con las manos sobre la cabeza, custodiados por agentes penitenciarios.
El “look” y el mensaje visual no pasaron desapercibidos. Analistas lo consideran un intento del presidente interino de adoptar el estilo Bukele para frenar el auge del crimen organizado y proyectar fuerza frente a una población cansada de la corrupción y la inseguridad.
Sin embargo, la estrategia de Jerí ocurre en un contexto de crisis política profunda, denuncias judiciales en su contra y un creciente rechazo ciudadano que se ha hecho sentir en las calles.
Rechazo masivo y protestas nacionales
El nuevo mandatario no logró calmar el descontento social. Diversos movimientos ciudadanos, encabezados por jóvenes de la Generación Z, convocaron una marcha nacional el 15 de octubre exigiendo su renuncia y una transición con líderes “intachables”.
Las protestas dejaron un muerto, más de 100 heridos y diez detenidos, según confirmó la Defensoría del Pueblo. Jerí lamentó el fallecimiento del manifestante identificado como Ruiz y pidió una investigación “objetiva” de los hechos.
“Este señor no califica como presidente”, declaró Lando, representante de colectivos juveniles, asegurando que Jerí representa “más de lo mismo” y simboliza la continuidad de la gestión de Dina Boluarte, destituida por corrupción.
Denuncias y acusaciones contra Jerí
El presidente interino enfrenta una investigación archivada por presunta violación sexual ocurrida en 2024 y nuevas acusaciones por presunta corrupción vinculadas a pagos irregulares en Cajamarca.

Aunque Jerí niega todas las acusaciones, su perfil público ha sido cuestionado además por comentarios sexistas y publicaciones antiguas en redes sociales, algunos de los cuales han sido eliminados tras asumir la Presidencia.
“Las instituciones peruanas son muy mutables, giran según el viento político”, advirtió el analista Gonzalo Banda de la University College London, al referirse a la fragilidad institucional del país.
Una presidencia en busca de legitimidad
En medio de la tormenta, Jerí intenta mostrarse como un presidente “del pueblo”, recorriendo barrios populares, dialogando con gobernadores y posando en selfies con ciudadanos. A pesar de los gestos simbólicos, el rechazo social persiste y varios sectores exigen su renuncia inmediata.

“El Perú merece un presidente limpio, sin denuncias ni sombras del pasado”, expresó Aquilina Valencia, vendedora limeña, reflejando el sentir de buena parte de la población.
La crisis actual se suma a una cadena de inestabilidades políticas en Perú, donde seis presidentes han dejado el cargo en menos de una década. Con un Congreso dividido y la ciudadanía movilizada, el futuro político de Jerí se perfila incierto.
Periodista en formación, Productor Audiovisual, Fotografo Profesional, Director de ElViaducto.NET y las Emisora ElViaductoFM y RadioJesucristo.com, Productor del Programa A Nivel Radio y Conductor.
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