Por Nicolás Arroyo Ramos

Algunos de los actuales diputados, senadores, alcaldes y regidores del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), asumen una actitud de rebeldía y oposición rabiosa en contra de la reelección del presidente Danilo Medina, usando este argumento como justificación para quedarse en sus respectivos cargos congresuales y municipales.

Tengo la certeza de que muchas de esas autoridades que se oponen furiosamente a la reelección del presidente Danilo Medina, -un mandatario con alta valoración y escogido en tres ocasiones consecutivas como el personaje más popular del año-, por su alta calidad humana, eficiencia en el manejo de algunos aspectos esenciales del Estado y el contacto con los humildes de campos y barrios del país, tienen baja popularidad en cada una de sus demarcaciones.

Ellos saben que fueron escogidas como autoridades con el respaldo solidario de mucha gente y el apoyo de su partido, pero cuando llegaron a esos cargos se desconectaron de la sociedad; se inflaron de aire y orgullo personal; se consideraron seres superiores y omnipotentes; se subieron en un lugar muy alto del palo y, nunca volvieron a saludar y mirar a aquellos hombres y mujeres que en cada rincón, campo, barrio, distrito, municipio o provincia, les ayudaron a conseguir su propósito.

Esas autoridades que se oponen a la reelección de Danilo, -dicho en buen dominicano-, les voltearon la cara, ignoraron y hasta les subieron el vidrio durante 5 años consecutivos a los miembros de la base del PLD; los representantes de las instituciones sociales y comunitarias de su pueblo; los miembros de las iglesias; grupos profesionales, deportistas, productores agropecuarios, empresarios y se desconectaron de todos aquellos que consideraban seres mortales.

Por esa razón, -saben que nunca ganarían una convención interna en el PLD,- pero quieren colarse de contrabando utilizando el argumento de la oposición a la reelección, olvidando que es un argumento pobre y poco sustentable, porque la mayoría del pueblo está pidiendo el seguimiento de un presidente que tiene las mejores intenciones y lo está haciendo bien.

Definitivamente estos diputados, senadores, alcaldes y regidores que se ponen a la reelección como justificación para quedarse en sus respectivos cargos, tendrán que saber que como se dice por esta zona del Cibao, ¨la pava no pone donde ponía¨ y que si ellos quieren seguir ¨subido en el palo¨ después de desconectarse del pueblo y olvidarse de quienes les ayudaron a lograr esas posiciones deberán bajar a la base del PLD, las instituciones de servicio y el pueblo a pedirle perdón.

NOTA: El autor es periodista, abogado y productor de televisión.