Inenarrable la tragedia que causó un hombre despechado en Moca que ahorcó a sus dos hijos de 6 y 4 años de edad colgándolos de una cuerda en el techo de la habitación donde dormían, aunque no tuvo valor para cumplir con el otro cometido: de suicidarse.
Dizque porque su ex esposa se negaba a reconciliarse, Junior Rafael Hernández Trinidad despertó en la madrugada del domingo a sus vástagos Andy Rafael y Yohandi y de inmediato enlazó sus cuellos en uno de los dinteles de la casa para asfixiarlos, en un acto de salvajismo y crueldad que ha consternado a la sociedad dominicana.
Aunque la Policía afirma que ese sujeto intentó también ahorcarse, los vecinos señalan que no utilizó la cuerda que ató a un árbol con supuesto propósito suicida, aunque después de perpetrar tan horrendo crimen, lo mejor es que sufra en prisión por muchos años el fuego en su alma que aviva el recuerdo de haber asesinado a sus hijos.
Ante tan desgarrante suceso, la colectividad nacional debería preguntarse qué anda tan mal aquí que porque una mujer rehúsa restablecer nexos maritales, un hombre de 32 años en pleno juicio es capaz de amarrar una cuerda sobre dos niños que dormían bajo el manto sagrado de su inocencia y colgarlos del techo.
No se pida la más mínima compasión para ese salvaje sobre quien ha decaer todo el peso de la ley penal, pero lo acontecido debe al menos servir de reflexión a una sociedad en declive moral que envuelta en modernismo y paganismo pretende esconder su cuerpo plagado de llagas de antivalores.
Se señala que Hernández Trinidad habría cometido el doble infanticidio afectado por las drogas que consumió, pero ese supuesto estado de obnubilación no alcanzó para que él también se colgara de un árbol como lo había planeado, según testimonios de vecinos, por lo que no se puede alegar interdicción como excusa ante este crimen atroz.
Tragedias como la del padre que ahorca a sus hijos pueden ser signos del Apocalipsis, pero también dolorosa evidencia de que la sociedad de hoy sufre una acelerada descomposición moral que se expresa con más crudeza en una acentuada violencia intrafamiliar en la que hombres despechados asesinan a mujeres y niños y en algunos de esos asesinos su saña y cobardía no alcanzan para cumplir la promesa de colgarse también de un árbol.
Periodista en formación, Productor Audiovisual, Fotografo Profesional, Director de ElViaducto.NET y las Emisora ElViaductoFM y RadioJesucristo.com, Productor del Programa A Nivel Radio y Conductor.