Por Julio Cesar Inoa

Danilo Medina ha demostrado que es un líder político que tiene vocación de servicio y que quiere un Partido de la Liberación Dominicana (PLD) diferente, en el que se pongan enpráctica el pensamiento y los principios de su líder y fundador, el profesor Juan Bosch.

Es lo que estamos viendo y es lo que estamos viviendo a diario en las tomas de decisiones y en las sorpresivas visitas a los barrios y campos del país, en las que él mismo palpa la cruda realidad en que viven nuestras gentes, algo que todos los funcionarios suelen tapar.

Esas visitas ponen en evidencia aquellas palabras que dijera en campaña, que pondría los oídos en el corazón del pueblo, para escuchar sus quejas y así saber cuáles son sus verdaderas necesidades a las que les daría respuestas inmediatas.

Este discípulo de Don Juan ha entendido que a la República Dominicana le hacía falta un líder carismático, práctico y efectivo. Esa es una de las principales razones por la cual ha tenido que tomar la iniciativa de defender la soberanía nacional, y como muestra de eso, es lo que ha expresado acerca del mal intencionado contrato dela depredadora minera canadiense Barrik Gold y el Estado dominicano; una medida que todo el país se la ha aplaudido.

A diferencia de muchos de sus compañeros de partido, en especial el ex presidente Leonel Fernández; que por completo, se ha divorciado de los ideales y principios que su líder, don Juan Bosch le inculcara. Expresiones y actuaciones que quedaron claramente evidenciadas en doce años de gestión gubernamental, poniendo en práctica el maquiavelismo salvaje de Balaguer y no el ideario boschista que profesa diáfanamente el pensamiento altruista y humano que su mentor político quería para la nación dominicana.

Una nota clara de lo expresado anteriormente es que Leonel Fernández puso su gobierno a disposición de la burguesía, olvidándose de forma vil y descarada de los que menos tienen en este país. A diferencia de Danilo Medina que está dando muestras fehacientes de estar del lado de los pobres, en busca de una mejor redistribución de las riquezas y que esta llegue de forma equitativa a todos los dominicanos y dominicanas.

Contrario al grupito, a esa burguesía rancia, insaciables y sin corazón, que no ven más allá de un bolsillo lleno de dinero, sin importarle el destino de una inmensa mayoría de sus conciudadanos que no tuvieron la fortuna de haber nacido en cunas de oro o de tener un padrino en la política como Leonel Fernández que les permitiera hacer cuantas diabluras fuesen necesarias en ara de ver crecer su patrimonio económico.