Sin sueños no vale el Cielo |
Informacion - Artículos de Opinión |
Colocado por Elvys Rodríguez |
Miércoles, 03 de Agosto de 2011 02:45 |
Por Benjamín García La sinrazón y el sinsentido han hecho presa de la gente nuestra. Se instalan sin remedio amordazando, coqueteando la locura y extrañando la lógica y el buen tino. Solo es cuestión de escuchar una conversación de calle o de patio, de guagua pública o esquina de barrio. Pero mayor el estruendo, si estos dislates los escuchamos en la radio o la televisión. Por eso hoy, en medio del espanto y el ruido producido por la falta de decoro. Hoy que nos enteramos que nuestros políticos debieron hacer un curso de “vagabunderías”, o que la mentira tiene la misma categoría de verdad en un discurso de campaña. Hoy que vemos desmoronarse el sueño de una Patria viable y justa, debemos entonar un canto de fe. Quizás, este sea.
Algún día tendremos que dejar de tomarnos la vida en serio. Cabalgar sueños sobre la certeza de que el futuro tendrá otro rostro, sin la posibilidad del olvido. Quizás el frío de los inviernos dormidos al otro lado del océano, haga que tu sonrisa se vuelva lumbre y nos invite, junto con el viento, a habitar otros mares.
Una flor para reclamar una mirada. Una sonrisa para que alguien mire donde descansan estos sueños. Donde el sol despierta y llena de mieles las lunas amanecidas en la ansiedad del regreso. Déjame llegar y ya después vemos si vuelvo. Invítame, aunque el reclamo del cundeamor se quede en la ventana.
Este globo de minerales y gases, combinados con sonrisas prematuras salidas del amor, y que llamamos mundo, merece más que brindis en ceremonias de resort, lujos de tercera en la Quinta o pregoneros de luces a la orilla del Yaque o en los alrededores del mercado. Merece más que palomas en la plaza de la catedral o golondrinas de mayo cubriendo con su ceremonia el cielo de la tarde.
Hogueras, rimas en dos tonos, guitarras desprendidas de las nubes, donde antes anduvo el canto de los pájaros y el trino del palmar envejecido de luces. Ahí llega este texto de martes o de lunes sin rumbo. Para decir, para clamar que el mundo pare, desmontarnos valientemente, y volver para tomar otro tren… más cercano a la ternura y las utopías. Más de abrazos y sonrisas francas.
Alguien habrá de entender, asumo, por qué los grillos de noche no paran, o quizás, por qué las ranas dejaron de mirar la lluvia. Preguntarán si estoy loco, envejecido o caído en la ruina de las caricaturas sin nombre y sin autor. Yo solo respondo a tu beso, a tu ansiedad. A tus ojos que buscan mis labios mas allá del amanecer.
Porque no es justo tanto desafuero. Descaro disfrazado de sanas intenciones. No es justo tanto olvido. El cielo no tiene sentido sin sueños, no vale un beso si tenemos la lengua envenenada. Una caricia si el deseo tiene el sabor del metal.
Espero transmitir con transparencia el sinsentido de este texto, amanecido en la hamaca del llanto. Busca entre las líneas, te invito, y descubrirás que somos más que aventura o cuestionamiento a cuanto existe. Que somos un clamor, una espera y un deseo.
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